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Preocupado por los efectos sociales del ajuste tarifario y la caída de la popularidad del Gobierno en el conurbano, el presidente Mauricio Macri apura un desembarco con anuncios de obras, mejoras jubilatorias, asistencia social y reparto de DNI en el primero y en el segundo cordón de la provincia de Buenos Aires y en todo el norte del país, regiones más castigadas por la pobreza.
«Se pondrán todos los cañones en el conurbano», confiaron a LA NACION fuentes cercanas al ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Luego de reforzar las políticas sociales y la rebaja del IVA la semana pasada, Macri presentará hoy el plan de empleo joven o primer empleo. El viernes próximo hará en Tucumán otro anuncio, esta vez de un plan nacional de agua potable, cloacas y prevención de inundaciones.
La prioridad para el conurbano serán también las redes de agua y las cloacas, además de autopistas, rutas, redes de Metrobus y pasos bajo nivel. En Formosa, el viernes pasado presentó una planta potabilizadora.
Según adelantaron a LA NACION en la Casa Rosada, habrá un llamado a licitación por día y uno o dos anuncios por semana de obras e inversiones. Macri sintió el impacto de las críticas por el ajuste y quiere aprovechar la salida del default para revertir el mal humor y recrear las expectativas de desarrollo.
Pero la lentitud de los expedientes de las obras impacienta. Macri y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, apuraron el miércoles último a los funcionarios nacionales por algunas áreas de gestión cansina. Se notaron las primeras tensiones entre la Nación y la provincia.
Además, existen viejas rivalidades en el gabinete que demoran la gestión. Frigerio suele enviar propuestas a los organismos que deben ejecutar obras en el conurbano, que luego no registran avances.
Aquella exhortación de Vidal a «empujar los expedientes» para «ayudar a quienes más lo necesitan» fue impersonal y sin un destinatario aparente. Sin embargo, con los días se fue dilucidando que su obsesión eran las obras, que podrían tardar hasta un año en ejecutarse. ¿Cómo mitigar esa espera?
El propio Macri considera, según sus allegados, que la gestión en los planes sociales es veloz. «La Anses, al igual que la AFIP, tiene los mejores sistemas de gestión e información, son dos islas», señalan a su lado. Las obras son el problema.
Desde esta semana se conformarán equipos de distintos ministerios para desembarcar con jornadas de siete o diez días en los municipios del conurbano más castigados por la pobreza. En Interior preparan una avanzada con la Anses, el PAMI, Desarrollo Social y el Registro Nacional de las Personas (Renaper).
La Anses tramitaría nuevos beneficiarios para la Asignación Universal por Hijo (apuntan a 400.000 niños que deberían tenerla y no la tienen), el PAMI buscaría soluciones para los jubilados; Desarrollo Social haría relevamientos de planes, y el Renaper distribuiría DNI en los barrios de emergencia. Los funcionarios de esas áreas estarán en las calles, plazas o estaciones de Merlo, Morón, Tres de Febrero y otros distritos con carencias sociales.
El plan conjunto con la empresa estatal AySA en el conurbano para extender la red de agua potable buscaría alcanzar en cuatro años el 100% de cobertura y el 75% de las cloacas. En ocho años se buscaría completar el 100% de cloacas.
El plan de AySA prevé 200.000 millones de pesos con contratistas privados, pero bajo el doble comando de Chaín y Frigerio. Macri anunciará el viernes que AySA se expandirá hacia ocho nuevos municipios del conurbano donde operaba Aguas Bonaerenses. En Presidencia aseguraron a LA NACION que la prioridad de Macri también es cubrir con agua potable al 100% a nivel nacional.
Por otra parte, quiere avanzar en un plan hídrico para proteger a los pueblos del interior y el conurbano de las sequías e inundaciones.
En 2016 prevén comenzar la planta potabilizadora de Clorinda, Formosa y otras obras hídricas por 438 millones de pesos; además se iniciarán las de tratamientos de efluentes del conurbano; la red de agua potable de Charata, Chaco; desagües cloacales en Santiago del Estero; defensas en Paso de la Patria (Corrientes) y en Entre Ríos, y la canalización del río Carcarañá (Córdoba y Santa Fe).
En la provincia de Buenos Aires se canalizará el río Salado, por 1200 millones de pesos, y se ampliará el cauce del río Luján para 15 municipios y 2,5 millones de personas.
Además, en el primer trimestre de 2017 arrancarán obras viales en la ruta 3, por licitarse: tramos San Miguel del Monte-Azul; Coronel Dorrego-Bahía Blanca. En 2018 se hará Azul-Dorrego. En la ruta 5 se hará la autopista en 2017, y a fin de año se finalizará la ruta segura a La Pampa. La ruta 7, ya iniciada, se terminará en 2018, y las rutas 33 y 205 se iniciarán a principios de 2017. Con ello, Macri pretende comenzar la etapa de reactivación y recuperar las expectativas para evitar la inestabilidad social.