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Cuando en 2013 el chairman de Google predijo que para el año 2020, todo el mundo estaría online, sólo el 38% de la población mundial usaba internet. Cuatro años después, y más cerca del plazo, en la Ciudad de Buenos Aires el 88% de los habitantes ya tiene acceso a internet. Así lo confirmó el último estudio realizado por el Consejo Económico y Social de la Ciudad (CESBA). Y aunque la brecha digital entre los más jóvenes ha perdido relevancia, crece en las personas de mayor edad, y en otras franjas subsisten desigualdades en relación a los niveles socioeconómicos.
Mientras en la población de entre 16 y 29 años ya se puede hablar de una cuasi universalización, con una cobertura que alcanza el 96%, para el grupo que va de los 30 a los 49 años, la cobertura es también muy alta (93%). Sin embargo, a partir de los 50 años las tasas decrecen hasta alcanzar una cobertura inferior al 60% en los mayores de 65 años.
Si bien la brecha digital entre los más jóvenes ha perdido relevancia, aún existen disparidades en otros sectores. Según la encuesta del CESBA los sectores más vulnerables son aquellos que sólo tienen nivel de educación primario, los residentes de la zona sur de la Ciudad y los hogares con baja capacidad de ahorro.
Para el presidente del CESBA, Federico Saravia, «la encuesta muestra la fuerte incidencia de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información en la vida cotidiana de los porteños». Según señaló, existe un nuevo modo de «comprender e interpretar la cultura, que está estrechamente vinculado a lo digital, por eso las desigualdades y brechas nacen del costo de vivir hiperconectados, del costo de tener -por ejemplo- un teléfono inteligente. Ante ese panorama, la Ciudad precisa de políticas estatales activas en materia de inclusión digital».
En lo que respecta a los dispositivos usados para conectarse, la PC continúa siendo el más usado (con un 51% de los accesos a internet). Le siguen los smartphones (28%) y las tabletas (8,5%). Resulta interesante señalar que a medida que se desciende en la franja etaria, crece la importancia de los celulares inteligentes, a punto tal que en la franja entre los 16 y los 29 años es la principal vía de acceso a internet (49% de los entrevistados).
Además, vale la pena recordar que según las últimas estadísticas del INDEC de 2013, las conexiones de internet en hogares residenciales de la Capital se triplicaron en un período de 8 años.
Pero el acceso no es todo. Según explicó a Clarín el CEO de la firma norteamericana Ookla (líder mundial en métricas de internet), Doug Suttles, «la velocidad del acceso online difiere según la región del país, en especial cuando se comparan los centros urbanos con ciudades provinciales que tienen pocos habitantes». Además agregó que en estos casos, todo influye: desde una mejor infraestructura, mayor disponibilidad de los proveedores de conectividad y hasta regiones con impedimentos naturales, como lo son las zonas de montaña.
Ookla reportó que el acceso a internet de banda ancha en toda la Argentina durante el primer trimestre de 2017, tuvo una velocidad promedio de descarga de 9,5 megabits y 2,3 megabits de carga. Sin embargo, los números son muy bajos al compararlos con otros países, como Canadá, que ofrece un servicio básico a todos los ciudadanos de 50 megabits de bajada y 10 de subida en todo el territorio. Mientras que en el caso específico de la Ciudad de Buenos Aires, se registró una conectividad de 15 megabits para la descarga y 6,6 de carga.
Para colaborar con el concepto de globalización del acceso online, el Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología porteño continúa desplegando las redes de wifi gratuitas en toda el área metropolitana para garantizar mayor conectividad entre los vecinos, en especial en zonas de difícil acceso (como el subte o las paradas de colectivos). Sólo en diciembre de 2016, hubo 1 millón de conexiones en los 130 puntos de BA WIFI de toda la Ciudad. En general hay entre 400.000 y 1.3 millones de personas conectadas al servicio gratuito.
«Los puntos de acceso buscan ampliar la red y facilitar a cada vez más vecinos la posibilidad de conectarse», dijo a Clarín Andy Freire, titular del Ministerio de Modernización. «La tecnología es un factor clave para la integración social, y por eso buscamos ofrecer herramientas y soluciones que acerquen a los ciudadanos, los conecten con la Ciudad y con todas las oportunidades que Internet ofrece», continuó.
El proyecto no sólo lleva acceso a internet gratuito en plazas, parques y estaciones de metrobus, sino que proyecta cubrir zonas vulnerables de la Ciudad, como barrios sociales y asentamientos.