Avanzan las obras del Metrobús aunque con modificaciones en el proyecto
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El presidente de la automotriz europea salió de su despacho sólo para saludar. «¿Por qué no meten plata los privados? ¿Qué falta?», lo consultó LA NACION. El ejecutivo no dudó: «Hasta que el Estado invierta, ningún empresario va a poner un peso». La obra pública está congelada desde octubre pasado y de a poco va ganando ritmo, pero un dato oficial grafica la parálisis del primer trimestre: la producción de asfalto, principal insumo para las obras viales, cayó 45%, según la estadísticas del Indec.
La misma sensación sobre el impulso de lo público a lo privado dejó el especialista estadounidense en infraestructura Norman Anderson, en un almuerzo el viernes pasado en el Alvear Art Hotel. «El Estado es la cabeza y los privados, el músculo», describió el hombre que ofrecerá su primer seminario en el país sobre royectos estratégicos a cerca de 600 empresas esta semana. Para el cierre esperaban a Mauricio Macri. Allí se presentarán 25 proyectos para el país por US$ 45.000 millones.
Los datos de la construcción, y sus casi 50.000 despidos en el año, preocupan. Pero las cosas están cambiando, según la visión que contaron a LA NACION en la Casa Rosada. De acuerdo con datos aún no publicados, en mayo el consumo de cemento fue un 15% superior al de abril. Se trata de los «brotes verdes» que la Cámara de la Construcción (CAC) afirma que comenzó a ver en el horizonte. En el Gobierno creen que entre enero y mayo se habrán invertido $ 17.613 millones en vialidad, vivienda y agua y saneamiento. Se trata de los tres rubros que más mano de obra generan.
A partir de junio -como para apuntalar el segundo semestre, que arranca en un mes-, el Gobierno planea invertir en obra pública en los rubros mencionados unos $ 7700 millones mensuales hasta fin de año. La cifra es un 1292% más que en enero, cuando se desembolsaron sólo $ 553 millones en vialidad (en vivienda, y aguas y saneamiento no se invirtió nada ese mes). En tanto, es un 146,5% más que en marzo (cuando se desembolsaron $ 3123 millones) y casi un 30% más que en mayo, mes en el que -entre los tres rubros- el Estado aportó 5926 millones de pesos.
De acuerdo con lo que pudo recabar LA NACION, el objetivo del Gobierno es aportar entre julio y diciembre unos 53.900 millones de pesos. Para fin de año, proyectan que la inversión pública en esos rubros llegaría a 71.513 millones de pesos. Equivale a alrededor de 17 veces el presupuesto previsto hasta hoy para la empresa Aerolíneas Argentinas, o tres veces lo que el Ejecutivo tiene pensado destinar este año para financiar la actividad de la Policía Federal.
Prioridades
Entre enero y mayo, el rubro vialidad sumó 10.557 millones de pesos; vivienda, 3209 millones, y agua y saneamiento, 3847 millones de pesos. El primer rubro tendrá inversiones por $ 4100 millones mensuales entre junio y diciembre. Será la prioridad. Al segundo se destinarán 2700 millones y al último, 900 millones. Terminado el año, se habrán invertido $ 39.257 millones en carreteras, $ 22.109 millones en casas y $ 10.147 millones en cloacas. Eso es, al menos, lo que proyectan los funcionarios del equipo económico en la Casa Rosada.
«En julio empieza a revertirse el freno económico. Desde ese mes, la obra pública se moverá a velocidad crucero», se esperanzaron allí. Explicaron que hubieran querido tomar ese ritmo antes, pero dedicaron este tiempo a la «revisión» de contratos. «Hay mucha corrupción», denunciaron.
Otro de los hitos, indicaron en el Gobierno, fue el esperado decreto 691, publicado dos semanas atrás en el Boletín Oficial. Contiene la metodología para la redeterminación periódica de precios de los contratos. ¿Los autores? Ricardo Delgado y Graciela Bevacqua, integrantes del equipo del ministro Rogelio Frigerio.
«La oportunidad es muy grande, pero es un proceso. Se va a ir ganando confianza de a poco. Pero la Argentina está muy bien vista en el exterior», afirmó Anderson, organizador del 14° Foro Latinoamericano de Liderazgo en Infraestructura, que se desarrollará entre pasado mañana y el viernes en el Alvear Palace Hotel.
«Lo importante para el Gobierno será demostrar que la inversión en infraestructura no busca resultados financieros, sino crear empleo, mejorar la competitividad y la calidad de vida de los argentinos, y volver a meter al país en el mundo después de casi doce años en los que casi no se invirtió», cerró el presidente de CG/LA Infrastructure y asesor del nuevo gobierno de Brasil y del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.