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Pintos: Más política y planificación, que obras paliativas
¿La solución a las inundaciones y otros problemas socio-ambientales pasa por más obras o más planificación y gestión política? En esta entrevista la licenciada en geografía (UNLP), Patricia Pintos, sostiene que las intendencias deben recuperar su rol de garantes del interés público en asociación a las organizaciones sociales que se ocupan del tema. Pintos es Máster en “La ciudad: Políticas, Proyectos y Gestión” (Universidad de Barcelona), profesora del Seminario de investigación: Transformaciones y conflictos en el espacio urbano metropolitano de Buenos Aires; y docente de posgrado en la UBA la UNLP y en Mar del Plata.
Los campos de interés de la Prof. Pintos se relacionan con la organización y gestión territorial a escala urbana y municipal. Sus investigaciones se vinculan con los cambios en la expansión metropolitana de Buenos Aires y a los vínculos entre gestión pública territorial, desarrollos inmobiliarios cerrados y afectación de bienes comunes.
Para la experta, graduada en la Universidad de La Plata, y con extenso curriculum temático, las obras no carecen de importancia relativa, pero son las intendencias, y en general la representación política en todos los niveles, los garantes de que el territorio no sea un bien cuyo destino se define en el mercado, como sucede hasta la actualidad.
-¿Qué evaluación hace a partir de los anuncios de la Gobernación sobre obras de infraestructura para paliar inundaciones?
-Hay como grandes cuestiones que se instalaron como mitos en la sociedad, en relación a los eventos catastróficos que nos vienen golpeando desde hace unos años. Uno es el cambio climático, que aunque poco se conoce, parece ser la razón de todo, un gran campo explicativo de los problemas socio-ambientales. El segundo, que cumple más o menos la misma función, es la obra pública. Yo le llamo realismo mágico. Las causas se explican por el cambio climático, las soluciones por las obras. Eso lleva tranquilidad, pero esconde una falacia; no voy a desconocer que hay una responsabilidad allí, pero el cambio climático es una reacción de la naturaleza frente al despropósito de un modelo de desarrollo. Desplazamos las soluciones al meter todo en la bolsa del cambio climático y reducirlas exclusivamente a obras de infraestructura.
-¿Cuál puede ser un camino integral para abordar el problema?
-Tenemos que revisar y discutir los aspectos centrales del modelo de desarrollo, rural y urbano Al no ser internalizados como problemas, lo único que vamos a encontrar hacía el futuro es que lo que hoy resuelvan las obras hidráulicas será insuficiente. A medida que sigamos dando continuidad a este modelo, vamos a necesitar nuevas obras en el futuro. El modelo agrosojero, en el campo, es equivalente en términos de depredación y expoliación de recursos naturales, a las transformaciones urbanísticas en la ciudad de los últimos 20, 25 años, donde el modelo desarrollador inmobiliario no tuvo restricciones para llevar adelante sus propósitos, encontró un terreno fértil a partir del neoliberalismo de los ´90, en el que se exacerba la capacidad organizadora de las empresas, del mercado, y en contrapartida se flexibilizan las normas de control a los desarrollos inmobiliarios.
-¿Qué rol deben ocupar los gobiernos municipales?
-Los gobiernos locales son responsables primarios del ordenamiento territorial, lo dice explícitamente el Dec. L 8912/77 (de tierras), es decir, nada que el municipio no quiera puede pasar en su territorio. Entonces, pareciera fundamental que los gobiernos locales recuperen la capacidad de gestión y decisión sobre sus propios territorios para limitar el poder que han construido las empresas desarrolladoras. Los municipios han cedido esa capacidad y han sido observadores pasivos o, en muchos casos, co-constructores de esa lógica, colaboraron con recursos que garantizaron la reproducción del modelo de lógica empresarial. Ese desplazamiento los quitó del lugar de garantes de la defensa del interés público. Si queremos que estos anuncios ($ 7.000 millones de gasto en obra hidráulica) vengan a resolver los problemas permanentemente, deben ir acompañados de una clara vocación de los gobiernos locales por recuperar la capacidad de gestión territorial. Esto significa establecer claramente cuáles son las áreas en las que la ciudad puede crecer, de qué manera y establecer límites al festival del mercado inmobiliario. Las inundaciones, los problemas socio-ambientales que generan los efectos climáticos, se solucionan con medidas de fondo, disponiendo que hay áreas vedadas a los desarrolladores, y otras que además hay que proteger porque cumplen un rol ecológico, ambiental, fundamental. Esta cuestión de fondo no surge de los actores (gubernamentales) con capacidad de decisión, y es el lugar que el discurso público debe empezar a transitar.
-¿Y las vecindades y las organizaciones de la sociedad civil?
-Esa alianza de los últimos 25 o 30 años, no formalizada, pero con consecuencias reales, entre la política y el mercado, estuvo mediada por la crítica precisamente de organizaciones, movimientos sociales y vecinos. Es reivindicable el papel que tuvieron y tienen pues dieron visibilidad a los problemas, demuestran una actitud proactiva, presentaron proyectos de ordenanzas para que se prohíban nuevas urbanizaciones en humedales, y sus denuncias han tenido efecto jurídico, el caso Colony Park (Tigre) por ejemplo, en las islas, que obliga a la empresa a retornar la isla a las condiciones anteriores a su intervención. Los cambios han venido a partir de la sociedad organizada, ocupa un sitial muy importante. Visto el compromiso y el esfuerzo de estas organizaciones en la defensa y resguardo del interés común, deberían ser convocadas por los gobiernos locales, en esta etapa que se supone nueva en términos de diálogo entre sector público y sociedad, para trabajar en conjunto.
-Se informó sobre participación de técnicos holandeses en la elaboración de proyectos…
-Desconozco el rol de estos equipos holandeses anunciados, no obstante, Holanda es un país que tiene reconocimiento técnico sobre su capacidad para resolver problemas en vías hidráulicas. Pero las universidades locales tienen mucho conocimiento acumulado genuino, teórico y empírico, sobre la región metropolitana; con profesionales altamente capacitados, que debe ser capitalizado en esta etapa. En la UNSAM funciona un equipo muy importante de la Fundación Humedales, con gente que ha trabajado muchísimo sobre la problemática ambiental, en el Río de la Plata y el delta del Paraná. Y también hay otras universidades como la UBA y la UNLP, Gral. Sarmiento, la de Luján, que tienen conocimiento sobre los procesos urbanos en los distritos del conurbano. Sin duda deberían tener una vinculación un poco más formal para la identificación y la resolución de los problemas en zonas urbanas de alta fragilidad ambiental.